Los avances en la comprensión del mecanismo genético de la producción de sulfhídrico por parte de la levadura han conducido recientemente al desarrollo de una serie de levaduras no transgénicas que inhiben la formación del «gas de los huevos podridos». Estas cepas permiten a los enólogos evitar la formación de H2S para no depender de las medidas paliativas.