Fernando Lobo Guedes, el histórico líder de Sogrape, hijo primogénito del fundador y padre del actual CEO, murió el miércoles 20 de junio a la edad de 87 años. El fallecimiento, confirmado a la revista “Enólogos” por la Associação Portuguesa de Enologia, ha generado grandes muestras de condolencias, dada su brillante trayectoria personal y empresarial. Fernando Guedes fue el patriarca de la mayor empresa lusa de vinos, una gran multinacional con presencia en Portugal, España, Chile, Argentina y Nueva Zelanda.

Hace apenas tres meses, el pasado 23 de marzo, los máximos responsables de la Associação Portuguesa de Enologia le entregaron el Premio Prestigio de la APE, un galardón que, tradicionalmente, ha distinguido a algunas de las figuras más relevantes del vino portugués. La ceremonia, reservada a la familia y colaboradores más próximos en las instalaciones de Bodegas Ferreira (Vila Nova de Gaia, distrito de Oporto), sirvió para reconocer la destacada biografía de Fernando Guedes, un auténtico "gentleman" del vino que fue cofundador también de la APE y uno de los primeros enólogos portugueses diplomados.

Fernando Guedes, presidente de Sogrape, recibe el Premio Prestigio de la Associação Portuguesa de Enologia en Ferreira (Vilanova de Gaia) el pasado 23 de marzo. Fotografía: Associação Portuguesa de Enologia.

De acuerdo a la información publicada por el diario portugués Negócios, Fernando Guedes, hijo primogénito del fundador de Sogrape, Fernando van Zeller Guedes. entró a los 22 años en el negocio familiar como aprendiz de tonelero y llegó a ser el primer enólogo de origen portugués de la empresa, después de estudiar Enologia en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Dijon (Francia).

Condecorado por el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, con la Gran Cruz de la Orden del Infante D. Henrique, el "senhor Fernando Guedes", como era conocido cariñosamente, asumió en 1957 la dirección técnica de producción, época en la que desarrolló un profundo trabajo de construcción y modernización de las infraestructuras de la empresa en todo el país, hasta ascender, 12 años después a la administración de la compañía.

Con el fallecimiento, en 1987, de su padre pasó a ocupar la Presidencia de Sogrape, que transformó en un grupo internacional con operaciones en varias regiones portuguesas (Douro, Dão, Verdes, Bairrada, Alentejo e Madeira), España, Chile, Argentina y Nueva Zelanda. Actualmente, el grupo emplea cerca de un millar de trabajadores, tiene 1.500 hectáreas de viña plantada (más de la mitad localizada en Portugal) y comercializa cerca de 135 botellas de vino por minuto.

Según las mismas fuentes, Fernando Guedes comandó la compañía propietaria de marcas icónicas, como Mateus Rosé, Sandeman y Barca Velha, hasta su jubilación en el año 2000. Pasó entonces la gestión a su hijo mayor, Salvador, que acabó por abandonar el puesto de forma inesperada por motivos de salud. El 1 de enero 2015 asumió el protagonismo su hermano menor, el cuarto presidente ejecutivo de la historia de la empresa y el tercer Fernando en ocupar el “sillón” de máxima responsabilidad en Sogrape.

El "senhor Fernando Guedes", condecorado por el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, con la Gran Cruz de la Orden del Infante D. Henrique. Fotografía: www.sograpevinhos.com

El caballero del vino

Nacido el 29 de diciembre de 1930, en la Quinta da Aveleda, una propiedad de la família, Fernando Guedes estudió en el Colégio Brotero, en Foz do Douro, y en el Colégio das Caldinhas, en Santo Tirso, antes de una breve estancia en la Faculdad de Economía de Lisboa. Regresó a Portugal, después de estudiar en Francia, se casó  con Ana Mafalda Maria Antónia de Mello Falcão Trigoso da Cunha Mendonça e Menezes, con quien tuvo tres hijos: Salvador, Manuel Pedro y Fernando.

Una nota biográfica hecha pública por la empresa lo describe como "un verdadero 'gentleman' que irradiaba un atractivo cautivador, una afabilidad permanente que casi le llevaba a disculparse cuando explicaba que el éxito conseguido por Sogrape se asentaba en los valores de la educación de una familia antigua, que vivió siempre de la agricultura y siempre cultivó el respeto por el prójimo como forma de estar, renunciando a la obtención del beneficio como primer objetivo".

"Acostumbro a decir que los accionistas a quienes solo interesa el dividendo no se sentirán muy cómodos en Sogrape porque nuestra apuesta por la creación de valor tiene por objeto, por encima de todo, hacer crecer el negocio y valorizar el patrimonio humano. Siempre fuimos así: es una cuestión de educación y de cultura ", decía Fernando Guedes, citado en esa misma nota biográfica.

A pesar de estar apartado hace varios años de la gestión cotidiana de Sogrape, Fernando Guedes nunca dejó de supervisar la actividad de la empresa de Vilanova de Gaia. A los 87 años aún mantenía la rutina de comparecer todas las mañanas en su despacho y no renunciaba a hacer visitas regulares a las fincas y bodegas de la empresa, tanto en Portugal como en el extranjero, un patrimonio que constituía parte del imperio empresarial que tanto contribuyó a levantar.