No habrá reunificación. El Colegio Oficial de Enología de Castilla-La Mancha (COECM) y la Asociación de Enólogos de Castilla-La Mancha (AECM), que encabezan, respectivamente, Miguel Ruescas Lozano y Alfonso García Cámara, no han conseguido conformar una candidatura conjunta de cara a las elecciones que celebrará el órgano colegial el viernes 31 de marzo. La “unidad de acción” dentro del colectivo profesional enológico de la mayor región vitivinícola del mundo ha saltado por los aires. El clima “cordial y constructivo” que había presidido las relaciones entre las dos instituciones desde la primera toma de contacto en Villarrobledo (Albacete), el día 4 de junio de 2016, ha dado paso, de nuevo, al distanciamiento.
El motivo que ha provocado la ruptura es que la pretendida incorporación de asociados al COECM antes de las elecciones no se ha visto plasmada en la realidad. Sólo se han registrado colegiaciones puntuales y casi testimoniales. La junta directiva de la AECM ha mantenido inalterable la voluntad de acuerdo, pero los asociados, en su gran mayoría, no han dado el paso de colegiarse. Pertenecer a la asociación cuesta 60 euros anuales, mientras que colegiarse implica pagar 150 euros al año, más una inscripción inicial de 100 euros. Consecuentemente, la junta directiva del COECM ha interpretado que el deseo de reunificación expresado por los máximos responsables de ambas instituciones no se correspondía con el modo de proceder de sus integrantes. Y, por ello, ha dilatado la formación de una candidatura conjunta hasta que el plazo ha expirado, abortando así la posibilidad de acuerdo.
El viernes 25 de noviembre de 2016 alrededor de 50 enólogos en representación del COECM y la AECM mantuvieron una reunión en la sede del Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal IRIAF) -antiguo Ivicam-, de Tomelloso (Ciudad Real), con la presencia del consejero de Agricultura de Castilla-La Mancha, Francisco Martínez Arroyo. La sensación, según algunos de los asistentes, permitía aventurar que “la reunificación era irreversible”. Pero se trataba de una impresión equivocada. A la hora de la verdad, la ruptura traumática que se produjo en abril de 2013 en el seno del colectivo profesional, con motivo de las primeras elecciones convocadas a la Junta Directiva del Colegio Oficial de Enología, se ha reproducido en esta segunda convocatoria electoral. No habrá candidatura conjunta. El equipo de Miguel Ruescas volverá a llevar las riendas del colegio durante los próximos cuatro años, sin ninguna incorporación procedente de la asociación.
El origen de la ruptura
En los primeros comicios celebrados en 2013, el favorito para ocupar el cargo de decano era el entonces presidente de la AECM, Luis Jiménez García, pero la irrupción inesperada, a última hora, de la candidatura liderada por Miguel Ruescas acabó con sus opciones y dio paso a las hostilidades entre ambas partes. Tres años después de aquel episodio se produjo el relevo en la Presidencia de la Asociación de Enólogos de Castilla-La Mancha. Luis Jiménez fue sustituido por el valdepeñero Alfonso García Cámara, quien, desde el primer momento, buscó el acercamiento al COECM con el objetivo de conseguir la reunificación de los más de 300 enólogos que ejercen la profesión en Castilla-La Mancha.
A lo largo de los meses, las delegaciones comandadas por Alfonso García y Miguel Ruescas fueron estableciendo una “hoja de ruta” con la vista puesta en la consecución de la reunificación definitiva. En el último encuentro conjunto celebrado a finales de noviembre se determinó que la convocatoria electoral debía estar precedida de un período durante el que los integrantes de la Asociación de Enólogos de Castilla-La Mancha que lo desearan pasarían a formar parte del Colegio Oficial de Enología. Se trataba de unificar de hecho los dos colectivos, sin que ello implicara la desaparición de la asociación, que seguiría existiendo con sus competencias delimitadas y, probablemente, compartiendo sede y aparato administrativo con el propio colegio.
Pero nada de eso ocurrirá o, al menos, de momento. El colectivo de los enólogos de Castilla-La Mancha seguirá dividido entre los alrededor de 200 profesionales que integran la asociación y los, aproximadamente,150 que conforman el colegio.