El valdepeñero Alfonso García Cámara ha resultado elegido por unanimidad nuevo presidente de la Asociación de Enólogos de Castilla-La Mancha (AECM) en sustitución de Luis Jiménez García, tras la votación realizada en el curso de la asamblea general ordinaria que la organización celebró el pasado 29 de abril en Alcázar de San Juan (Ciudad Real). Uno de los principales objetivos del recién elegido máximo responsable de la AECM, será mejorar las relaciones con el Colegio Oficial de Enología de Castilla-La Mancha, con el que la asociación de enólogos no mantiene contacto desde su constitución en abril de 2013.
El nuevo presidente de la AECM, de 56 años y graduado en Enología por la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona, ha desarrollado su actividad profesional, durante más de tres décadas, en la empresa Carburos Metálicos. Siempre vinculado al mundo enológico, García Cámara es un experto en el ámbito de las aplicaciones enológicas de gases como el dióxido de azufre.
Por lo que respecta al ámbito asociativo, pertenece a la AECM desde hace 20 años y fue miembro de la Asociación Catalana de Enólogos (ACE) cuando, por motivos profesionales, trasladó su residencia a Barcelona. Asimismo, García Cámara estuvo integrado hace ocho años en la directiva de la AECM, en una época en la que se creó una comisión para agilizar los trámites para la creación del Colegio de Enólogos que, finalmente, derivaría en 2013 en la escisión del colectivo profesional dentro de la comunidad autónoma.
El precedente de abril de 2013
El 26 de abril de aquel año, Miguel Ruescas Lozano resultó inesperadamente elegido en Tomelloso primer decano del recién creado Colegio Oficial de Enólogos de Castilla-La Mancha, en detrimento del gran favorito, el entonces presidente de la AECM, Luis Jiménez, que aspiraba a ocupar el cargo y culminar, de ese modo, el proceso de creación del órgano colegial en el que su equipo de gobierno había trabajado durante dos legislaturas. La candidatura liderada por Miguel Ruescas obtuvo 31 votos a favor, por 22 votos en contra, cinco abstenciones y un voto nulo, mientras que Luis Jiménez optó previamente por retirar su candidatura cuando comprobó que no gozaba de los apoyos necesarios para sacarla adelante. Era tal la confianza que el entonces presidente de la Asociación de Enólogos de Castilla-La Mancha tenía en su proyecto que poco antes de aquella asamblea anunció públicamente su intención de dimitir, una vez que se constituyera el Colegio Oficial de Enólogos. No obstante, el escrutinio definitivo modificó su “hoja de ruta” y no sólo no dejó el puesto como presidente de la asociación, sino que comunicó por escrito a los asociados su intención de vigilar el funcionamiento del nuevo órgano colegial.
La crisis estaba servida y la consecuencia más inmediata fue la ruptura interna del colectivo profesional. A partir de entonces, los enólogos castellanomanchegos se dividieron entre quienes se integraron en el Colegio Oficial de Enólogos, bajo el decanato de Miguel Ruescas, y quienes prefirieron seguir vinculados a la Asociación de Enólogos, presidida por Luis Ramírez.
La situación actual
En estos momentos, Alfonso García Cámara quiere revertir la situación. Es consciente de que se trata de dos instituciones con diferente régimen jurídico y distintas competencias, pero tiene claro que uno de sus objetivos principales será precisamente intentar lograr una mayor vinculación entre ambas, dado que sus asociados son enólogos que desarrollan la misma actividad y en el mismo ámbito geográfico que los integrados en el colegio oficial. Hace tres años, Miguel Ruescas y Luis Ramírez no encontraron el modo de acercar posiciones. El tiempo dirá si el nuevo presidente de la AECM consigue desandar el camino y tender un puente dentro de un colectivo de más de 250 profesionales que permanece dividido desde entonces.