El Colegio Oficial de Enología de Castilla-La Mancha (COECM) prevé celebrar elecciones para la renovación de su junta directiva en el primer trimestre de 2017, como paso previo a la reunificación del colectivo de enólogos de la comunidad autónoma. La convocatoria electoral estará precedida de un período durante el que los integrantes de la Asociación de Enólogos de Castilla-La Mancha (AECM) que lo deseen pasarían a formar parte del órgano colegial. Estas fueron dos de las principales conclusiones que se alcanzaron en la reunión conjunta mantenida el pasado viernes 25 de noviembre en Tomelloso entre miembros de ambas instituciones, con el objetivo de lograr la “unidad de acción” de todos los enólogos castellanomanchegos.
La ansiada reunificación profesional en la mayor región vitivinícola del mundo parece estar más cerca. El encuentro celebrado el pasado viernes en la sede del Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal IRIAF) -antiguo Ivicam-, con la presencia del consejero de Agricultura Francisco Martínez Arroyo, reunió a alrededor de cincuenta personas en un ambiente “cordial y constructivo” que, en todo momento, estuvo presidido por la sensación de que “la reunificación es irreversible”, según ha podido saber esta revista.
La ruptura traumática que se produjo en abril de 2013 entre los partidarios de la asociación y los integrantes del colegio empieza a formar parte del pasado. A partir de este momento, los promotores de la iniciativa esperan que un número significativo de los 200 integrantes de la AECM realicen los trámites para inscribirse en el COECM. De este modo, la institución colegial que, en la actualidad, reúne a unos 135 profesionales (algunos con doble adscripción), pasaría a englobar a la práctica totalidad de los profesionales ejercientes en Castilla-La Mancha.
Recuperar el espíritu original
En definitiva, se trata de recuperar el espíritu original que alumbró la creación del primer Colegio Oficial de Enología, cuando la propia Asociación de Enólogos de Castilla-La Mancha actuaba como motor del cambio y sus integrantes aspiraban a integrarse en el, por aquel entonces, todavía incierto proyecto colegial.
No obstante, el hecho de convertir el COECM en el paraguas común de todos los enólogos castellanomanchegos no implicaría la desaparición de la asociación, que seguiría existiendo con sus competencias delimitadas y, probablemente, compartiendo sede y aparato administrativo con el propio colegio.
Las juntas directivas del Colegio Oficial de Enología y de la Asociación de Enólogos de Castilla-La Mancha, encabezadas, respectivamente, por Miguel Ruescas Lozano y Alfonso García Cámara, tratarán ahora de ir cumpliendo todos los trámites necesarios para que el proceso de unidad que se inició con la primera “toma de contacto”, el pasado 4 de junio en Villarrobledo, concluya con éxito en el primer semestre de 2017.