El Gobierno de Castilla-La Mancha ha encargado el diseño y organización de la II Cumbre Internacional del Vino, que se celebrará poco antes de las elecciones autonómicas y municipales de 2015, a la empresa pública Gestión Ambiental de Castilla-La Mancha (Geacam), el organismo que en agosto de 2012 cerró la histórica Estación de Viticultura y Enología de Alcázar de San Juan por un supuesto déficit de 15.000 euros anuales, que dejó en la calle a sus siete trabajadoras y acabó con una trayectoria de 85 años. La necesidad de acometer ese tipo de recortes, que entonces defendió el Ejecutivo regional ante la dimensión de la crisis económica, no ha impedido que ahora adjudique a la misma empresa gestora un montante de 798.600 euros para la celebración de la II Cumbre del Vino, un evento promocional que discurre en sólo unos días y que dispondrá, de este modo, de un presupuesto un 10 por ciento superior al de su primera edición celebrada en 2013.
Además, el dinero destinado a esta iniciativa contrasta con la congelación, un año más, del programa de investigación del Instituto de la Viña y el Vino de Castilla-La Mancha (Ivicam), que volverá a contar el próximo ejercicio con 153.000 euros, de acuerdo al Proyecto de Ley de los Presupuestos Generales de la comunidad autónoma de 2015.
De este modo, como ya ocurriera en la primera Cumbre del Vino, el Gobierno de María Dolores de Cospedal dedicará cinco veces más dinero a una actividad divulgativa que en su primera edición se desarrolló en apenas 72 horas, que al presupuesto anual de investigación e innovación del organismo público que tiene como objetivo “potenciar el desarrollo del sector vitivinícola de Castilla-La Mancha”.
El laboratorio de Alcázar y la pérdida de la acreditación Enac
Por otra parte, hay que recordar que la Estación Enológica de Alcázar de San Juan albergaba el único laboratorio público de Enología que, hasta ese momento, realizaba análisis de vino y mostos en Castilla-La Mancha, con una media de 20.000 informes de ensayo y 80.000 determinaciones analíticas anuales, cifras que lo situaban, objetivamente, entre los más eficientes de toda España dentro de su ámbito. Comparativamente, el déficit de 15.000 euros esgrimido por la Administración regional para justificar su cierre equivale al presupuesto de, aproximadamente, 45 minutos de la primera edición de la Cumbre del Vino que tuvo lugar en 2013.
Asimismo, como consecuencia del cierre del laboratorio alcazareño, Geacam solicitó a la Entidad Nacional de Acreditación (Enac) la retirada voluntaria de su certificación (nº765/LE1414), que se hizo efectiva el día 25 de enero de 2013. La Enológica de Alcázar había invertido mucho tiempo y dinero en conseguir y mantener la acreditación de Enac, el único organismo de España que, según el Real Decreto 1715 de 2010, está dotado de potestad pública para otorgar este tipo de aval de calidad, de acuerdo con lo establecido en el Reglamento Europeo (CE) n.º765/2008.
No obstante, tras el cierre, la consejera de Agricultura, María Luisa Soriano, defendió el traslado de la actividad del laboratorio al Instituto de la Viña y el Vino, con sede en Tomelloso, que abrió sus puertas precipitadamente el 7 de septiembre de 2012, en plena vendimia, sin disponer de la acreditación de Enac, lo que provocó la inmediata huida de muchas bodegas, fundamentalmente, a laboratorios privados de Castilla-La Mancha y, en menor medida, a estaciones enológicas de otras comunidades. Desde entonces, el laboratorio del Ivicam funciona bajo mínimos, sin acreditación de Enac, y muy lejos de los datos de actividad que desarrollaba la estación Enológica de Alcázar de San Juan.
La Cumbre, el laboratorio de Alcázar y el Ivicam
Ahora, el Gobierno castellanomanchego ha encargado a Geacam la gestión de un presupuesto de casi 800.000 euros para diseñar y organizar la II Cumbre del Vino, un evento que se celebrará en febrero o marzo de 2015, poco antes de las elecciones autonómicas y municipales, con el objetivo de “sellar la marca de vinos de la región”, según la expresión utilizada por María Dolores de Cospedal. “Tenemos que terminar de cerrar”, explicó la presidenta a los medios de comunicación, “ese capítulo de nuestra marca como región y para eso necesitamos contar con la colaboración de todas las cooperativas y todos los productores”.
Igualmente, mientras tanto, el programa de investigación e innovación del Ivicam, con sede en Tomelloso, permanece congelado en la cifra de 153.000 euros, un 87 por ciento menos que el presupuesto de 1.192.030 euros que llegó a tener en 2011, antes de que la política de recortes del Ejecutivo de Castilla-La Mancha iniciara su desmantelamiento, lo que obligó a abandonar o reducir al máximo la mayoría de los proyectos de investigación vitivinícola que el instituto tenía en marcha y a prescindir de los becarios y del personal técnico asociados a los mismos.