Tan solo unos días después de que la revista “Enólogos” publicara una información sobre la ruptura de las conversaciones entre el Colegio Oficial de Enología de Castilla-La Mancha (COECM) y la Asociación de Enólogos de Castilla-La Mancha (AECM) para conseguir la unidad del colectivo profesional, el decano de la institución colegial, Miguel Ruescas Lozano, vuelve a insistir en que la reunificación es posible. “El enólogo que quiera pertenecer al Colegio de Enología”, afirma, “y cumpla los requisitos, puede hacerlo. La reunificación es una posibilidad real porque el Colegio está abierto a todos los enólogos que quieran integrarse”.
De hecho, según los cálculos del propio decano, actualmente el COECM ya agrupa a más del 70 por ciento de los enólogos castellanomanchegos que, potencialmente, pueden colegiarse. “El Colegio”, explica, “está formado en estos momentos por 139 enólogos y debe haber otras 40 ó 50 personas en toda Castilla-La Mancha que reúnan los requisitos para colegiarse”.
De acuerdo a estas cifras, el colectivo de enólogos con posibilidad legal de colegiarse rondaría en la comunidad autónoma las 180 ó 190 personas, muy lejos de las estimaciones que hablan de más de 300 profesionales ejercientes.
La coexistencia del COECM y la AECM
En opinión de Ruescas Lozano, esa diferencia se explicaría porque hay muchos profesionales que ejercen la enología pero no reúnen los requisitos para pertenecer al COECM (ser licenciado o graduado en Enología o bien estar en posesión de la habilitación profesional otorgada por la comunidad autónoma). Precisamente, el decano colegial cree que la Asociación de Enólogos de Castilla-La Mancha debería abrirse, modificar sus estatutos y agrupar a ese otro grupo de profesionales que no pueden integrarse en el Colegio.
La idea del presidente de la AECM, Alfonso García Cámara, también coincide con ese planteamiento. De hecho, la “unidad de acción” que ha presidido las conversaciones que ambas instituciones han mantenido desde el 4 de junio de 2016 consistía en integrar a todos los asociados posibles dentro del órgano colegial, pero manteniendo, al mismo tiempo, la actividad de la asociación con sus propias competencias y compartiendo, probablemente, sede y aparato administrativo con el propio colegio. Se trataba, en definitiva, de respetar la ley pero sin excluir a nadie, es decir, lograr que el Colegio Oficial de Enología actuara como ‘paraguas común” de todos los enólogos para que cada profesional se integrara en el COECM o en la AECM, dependiendo de su formación académica e itinerario curricular.
La ruptura de conversaciones y las elecciones
Las conversaciones para conseguir la reunificación profesional se rompieron en el último momento porque el COECM y la AECM no consiguieron confeccionar una candidatura conjunta de cara a las elecciones colegiales que se celebrarán el próximo viernes 31 de marzo. Y la imposibilidad de constituir una candidatura única se debió, principalmente, a que la pretendida incorporación de asociados al COECM antes de los comicios no se vio reflejada en la realidad. Sólo se registraron colegiaciones puntuales que, en total, sumaron seis nuevos integrantes, una cifra que en el Colegio consideraron insuficiente para abordar la creación de una lista electoral conjunta. Por el contrario, en la AECM pensaban que el camino recorrido desde hacía nueve meses justificaba unir las fuerzas de ambas instituciones y constituir una candidatura compartida.
La asamblea que acogerá las elecciones del próximo viernes en Tomelloso se prevé tensa y, probablemente, servirá no sólo para ratificar la elección de la única candidatura presentada, que lidera de nuevo Miguel Ruescas, sino también para certificar si el distanciamiento actual entre el COECM y la AECM es irreversible o, por el contrario, puede dar paso a un nuevo intento de acercamiento.